7 de noviembre de 2004

A Juancito

Estas cosas salen de repente y sin sentido. Fue en una víspera del cumpleaños de Juan no me bastarían las letras de los escritores del mundo para expresar lo que siento pero algo se plasmó en el papel y es para él.Gracias ?"guacho?!.
Allá por el año 1987 en una plomiza tarde de comienzos del verano austral, en un pequeño país nacía un niño. Recuerdo que fue de tarde y era el 7 de diciembre. Luego de la lucha por la vida vino al mundo esa cosa que nos cambia las ideas y nos llena de cariño los espacios nuevos de ser padre.El destino caprichoso en complicar las cosas me hizo viajar esa siguiente madrugada a Buenos Aires para trabajar y así ausentarme por una semana.Mis llamadas telefónicas se propagaron día a día hasta que regresé a Uruguay.Ya en la casa de mi madre, me dio una triste noticia: mi niño tenía una cardiopatía congénita.
No supe que decir.
Tampoco me di cuenta de lo grave del asunto. Fue como si me dijeran que estaba resfriado o tenía una pequeña gripe.
Ignorante de las posibles consecuencias me informe de los detalles: había que operarlo.Parece mentira que a esa cosita tan chiquita se le pudiera reparar un pequeño corazón.Y así fue, primero una intervención chica. Luego una más grande y luego el suplicio?Teníamos que enfrentarnos a la definitiva. La intervención que dejaría bien o mal para siempre a mi niño.
Viajé; a San Pablo y hable con el Dr. Barbero del Hospital Sirio Libanés.Lógico es pensar que los costos no fueron baratos, pero hubo una persona, la cual siempre pidió el anonimato pero quiero decir al menos su nombre, él era Joaquín. Vino a casa, ofreció todo el dinero de los gastos y se fue dejándonos atónitos por lo ocurrido.Aceptamos pues no teníamos otra salida.
Joaquín hizo su mejor obra para con nosotros, y para su conciencia. Si hay un juicio final pido a quien sea juez del mismo que sepa esto pues hay mucha gente con dinero pero muy poca ofrece incondicionalmente esto y que pese en su balance. El fue gestor de salvar una vida, la vida de mi niño.
Y así; paso el tiempo hasta llegar a la operación final. En agosto del 89, vivimos todos los que estábamos en aquella sala de hospital las seis horas más largas de mi vida. La sorpresa más grande fue cuando apareció; Jaime, un AMIGO.
Todo salió; bien!
La recuperación fue excelente!Mi niño podía disfrutar de una vida normal!
El 7 de diciembre cumple sus 10 años y quiero que esta página la lea y disfrute ya que en ella esta puesta una parte de su historia que aunque fue protagonista de la misma debe saber que allí; estuvimos todos. TODOS SIN EXCEPCIONES. Gracias Juan por un año más de tu vida.
Gracias mi niño por dejar verte correr, poder discutir y enojarme contigo, gracias por poder verte dormido y con una túnica blanca rumbo a la escuela. Gracias por tu mirada inocente y vivaz, por tu físico flaco, tu sonrisa sincera, gracias, muchas gracias?Ojalá; el tiempo nos de lo suficiente para vernos como hasta ahora, creciendo, creciendo pero juntos.
Gracias por enseñarme a ser padre de un varón. Gracias por tus mentirillas y verdades.
Gracias por tu existencia pues ella es base de mis días y será lo que deje en este mundo dañino.
Como dijo mi padre: llevas contigo un apellido limpio, vive !!

A María Alicia, eterna compañera

Estas líneas las escribí, me acuerdo, en el apartamento de Julio García. Allí parábamos de paso en Buenos Aires cuando laburábamos en Migración. Eran días de mucho trabajo y nos dábamos un franco cada uno para poder visitar algunos familiares o para preparar un guisito en espera de los otros compañeros. Me acuerdo que me levante con la resaca del día anterior y estaba en aquella hermosa pieza solo. Delante mío una ventana abierta dejaba que mis ojos se perdieran en una inmensidad de cemento con un soleado y tibio amanecer dominical sin mi familia...
Ahí estaba el papel, el lápiz y salió esto:


Domingo,
las ventanas se abren
con motivos.
La mía está abierta ya,
para que alguien la mire,
pero solo mi vista
se pierde en el cemento
lejano y caliente.
No es mi ventana.
La mía se recorta en siluetas
de niña remolona
en mi mujer de siempre.
Me falta el mandato justo,
el techo cercano,
mi desorden.
El lavado que tarda,
el apúrate que ya es hora,
lo extraño y me falta.
Juan está llorando,
el capricho del champión comienza
la discusión que me alimenta
- No puede ser!- digo
pero es lo mío.
Y está lejos pero cerca
y lo quiero y necesito
lo palpo en mi mente
lo siento y me abruma.
No soy extranjero
pero tengo mi patria
solo en la calle
solo a tu lado;
tal vez cocinando
dentro de mis muros,
nuestros muros
que son la patria y parte
de uno que se aleja
y quiere morir
siempre cerca,
siempre dentro
con alcohol y cigarro
tirado en la madera de nuestro parque.
Tirado en el sueño de lo suyo
porque lo mío es lo nuestro.
Y es por eso que allí los dejo
y siempre los encuentro
Por esoy por ella, nada más que por eso
siempre vuelvo.

Gracias Julito por compartir aquellos momentos juntos... muchas gracias.

A Laura

La sombra de un juguete tapó mi puerta
para dejarte dormida en el silencio
de esa fiesta que es tu vida.
La sombra dejó ver aquel misterio
que hoy me es todo, por tenerte,
solo por tenerte daré todo.
No por tenerte mía, solo un poco;
ese poco que al espejo nos amiga,
solo por tenerte daré todo.
Por verte libre y humilde siempre,
así segura partirás un día, daré todo, o tal vez todo.
Para que la vida te golpee fuerte y fuerte
aunque llores y me duela,
daré todo.
Daré todo por tu amor hacia la vida
por tus golpes y tus risas
daré todo.
Daré todo para que el día que parta
jamás llores, me recuerdes con la risa,
con la guitarra, tu espejo,
te prometo: daré todo...



Montevideo, 14 de mayo de 1985