12 de octubre de 2004

A mi Hermano, Esteban Sosa

Cuánto hace que no escribo?... Pero vi su foto y me ha llamado el recuerdo. Hoy me llamó la plaza, llena de espinillos, llena de pasto y de pelotas; de bicicletas con bocinas y timbres, de tardes perdidas en el tiempo... y allí estabas. Flaco, desgarbado, de rodillas chuecas y yo crecía. Cerca pero fuera tuyo. Pero sin embargo allí estabas, en la cama de al lado
-¡Apaga esa radio carajo!
-¡Guacho, es un calambre!!! No!! La otra pierna!!!, ta, ta gracias...
Esa cosa en silencio nos unía. Nunca supe pero así era. Así es y será siempre, hasta que no ardan mis velas.


Parece ayer, tus piernas flacas tu mirar
parece ayer, cerquillo largo y tu jugar
parece ayer, verte en la reja y saludar
para pelear por un juguete o el hablar.
Parece ayer, y el tiempo pasa sin parar
sin preguntar, tantas palabras sin decir
silencio hay, y esa es mi manera de amar
con corazón lo puro y lindo del vivir

Te vas te vas te vas y ahí vas mi hermano
por tu camino duro aunque lejano
mis días se repiten con tu nombre
y aunque tu no lo sepas te llevo aquí a mi lado
te llevo pues mi sangre que es tu sangre nos liga
aunque destino y viento nos lleve a separarnos
pero llegará el día que habremos de mirarnos
y entre montes y risas podremos abrazarnos
y decirnos ya hombres: que el querer es amargo.

Gira el reloj
tiemblan mis manos sin parar
Aranzazú y Plaza Fabini quedó atrás
unos se van, pero otros llegan a alegrar
el despertar del pelo blanco de la edad.
Se que vendrán, días con lluvias y con sol
lunas con noches, de encandilada y vista al Sur
se cruzarán nuestros fogones por amor
donde se funde el verde con el cielo azul.

Te vas te vas te vas y ahí vas mi hermano...

Algún día, en pedo pa? variar...

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