12 de octubre de 2004

A mi Padre

Fueron tantas las veces que las leí y tantas las que comencé a escribirla que al fin me decidí a escribir lo que salga y punto al fin y al cabo de eso se trata.
Estos últimos tiempos sé que no me ha ido del todo bien y eso ya es un poco rutina en mi vida, lo que me preocupa un poco ya que el bienestar de mis hijos depende en parte de mí y eso me lastima. Por otro lado mi salud a mejorado con respecto a otros momentos. Por más que no sea el mismo de antes puedo seguir viviendo tomando esas pastillas y las asumo como tal: esas amigas que te permiten seguir pa?lante.
Vos me dirás porque te mando esta carta, es más fácil hablar verdad? Pero a veces, en la soledad de las madrugadas prendo un cigarro y recuerdo con cariño muchas cosas, cosas que fueron y han pasado y son mías o nuestras. Cosas de padre e hijo solamente.
No me puedo olvidar de un día de sol, que fuimos en la "cachila" no sé dónde a pescar, yo era muy chiquito y con una caña de flor saque no sé que, tal vez supongo que era un pejerrey. Recuerdo que en el fuego de un primus se frío el pescado y me lo comí.
Me acuerdo de verte en el estadio trepando a la tribuna con tus guantes puestos y con olor a vestuario y darnos un beso. Del partido no me acuerdo pues jugaba con Ramoncito a la pelota en la platea...
Me acuerdo de verte parado en la cancha con tu buzo azul y levantar la mano izquierda para saludarnos.
La pesca, eso me trae recuerdos... Los cigarros J y M que fumabas y que cagados de frío una tardecita me convidaste con uno. Me acuerdo que tirábamos nuestras tacuaras cagando a los demás pues siempre iban más lejos las plomadas. Me acuerdo cuando en la Barra te levantaste de madrugada y te fuiste a pescar y sacaste unas corvinas que cuando me desperté las estabas limpiando y no me llevaste porque estaba dormido!! Que calentura me agarré!!
Recuerdo las encandiladas en la playa Malvín con el agua por el cogote esquivando soretes y sacando buenos pejerreyes.
Miro mis cañas y te veo invitándome a una pesca más.
La petaca, las plomadas caseras, los anzuelos empatillados por nosotros, las puteadas de la vieja por el olor a almeja podrida, que lindo...
Si me pusieran cien o mil buzos sabría distinguir el tuyo.
Tu olor, tu perfume, por más que ya no uses aquel Lancaster... Recuerdo un día que no llegué en hora y te calentaste y andabas con la pistola, que cagaso me pegué!!.
Las dos veces que tuvimos que ir a lo de Dardo a hablar por mis problemas, los líos que los padres tenemos que soportar.
Me acuerdo que a veces pasaban días y no nos veíamos, cuando vos dormías yo me iba a laburar. A veces nos cruzábamos en la cocina porque me levantabas y yo me quedaba dormido sentado o parado y me putiabas todo.
El día que te dije que quería jugar al fútbol y de un piñaso en al mesa me dijiste que iba a comer mierda: que razón tenías...
Me acuerdo te diría que de todo, de lo bueno que fue por suerte lo mas y de lo malo que ocupó muy poco.
Trato de emplear con mis hijos tu filosofía de vida o por lo menos la que yo entendí así y darles un ejemplo como padre que es un difícil oficio de aprender y debemos ir improvisando al andar ya que de la vida es la que se aprende pero quédate tranquilo que con tu ejemplo se me hizo un mucho más fácil la cosa por más que no todos los niños son iguales.
Nunca fui de nombrarte, no me gusta hacer alarde de quien soy hijo por más que por dentro me sienta orgulloso de que la vida me diera el padre que siempre tuve.
Se que no he sido el hijo ideal, ni el mejor, ni el más inteligente, ni al que mejor le ha ido, que soy un pelotudo y no te he llamado, que cuando más me necesitaste tal vez no te di lo que esperabas, que te he fallado en muchas cosas, esperanzas que uno tiene puestas en sus hijos, y lo del otro día, lo de perder el examen de manejo me dolió más por ti que por mis propios hijos.
Me dije y me insulté cien veces por mis limitaciones. Me maldije por seguir complicándole la vida a todo el mundo pero eso era rabia. Mi tristeza, cosa que es más grave era haberte fallado otra vez. No me lo podía perdonar. Hoy tal vez con los ojos un poco mojados se me esta pasando.
Que vamo arriba!!, que no se acabó el mundo, que no hay mal que por bien no venga, etcétera, etcétera fue lo que me decían, pero solamente cuando hablamos el otro día me quedé un poco más tranquilo ya que te había llamado y no estabas pues yo quería ser quien te diera la noticia y no otro pero luego, que ya lo sabías no me daba el rostro para encarar aunque sea por teléfono y decirte que me había equivocado otra vez. Fueron duros momentos, pero se van superando y fue el motivo que derramo la gota para que esta carta se escribiera.
Aunque te parezca mentira más fue el dolor por ti que por tus nietos, aunque no lo creas lo sentí así.
Te imaginaba yendo a ese Cristo que hay en el parque cerca de tu casa a pedir por mí, me imaginaba a Esteban yendo a una iglesia a pedir lo mismo y solamente en un momento deshice lo que podía haber sido un alivio para todos. Que momento!!
Bueno, hay que seguir para adelante que eso si lo tengo claro por supuesto pero ese trago amargo se va a ir conmigo a la plaza Fabini y a la Alameda.
Dijiste una cosa hace un tiempo en una revista que me lleno de orgullo y es legado que voy a traspasar a mis hijos el día que me tenga que ir pues es lo más sagrado que llevamos los hombres como nosotros:
"... a mis hijos lo único que les dejo es un apellido limpio."
Cada vez que repito para mí esas palabras o se las digo a alguien siento que nada fue en vano y que aquí esta lo que pocos pueden ver en la corta vida que nos toca. Pavada de herencia tengo sobre mis hombros, no hay dinero ni Dioses que puedan comprar lo que ambos llevamos y lo que mis hijos llevan y llevaran hasta mis últimas consecuencias:
Un apellido limpio y con letras grandes que se llama SOSA.
Gracias por haberme dado la oportunidad de ganarme un lugar honrado en este mundo y de haber sido como fuiste y como sos.
Algunos me han preguntado que se siente ser hijo de Roberto Sosa y mi silencio me lleva a dar una respuesta digna de un Sosa, mejor dicho de un Roberto Sosa: " siento lo que es llevar a cuestas un apellido honrado y limpio...."

Te quedan mirando como si fueras loco o si no entendiste la pregunta, pues casi nadie puede decir con propiedad y realismo esa respuesta y yo si puedo, podré y mis hijos no tengas la menor duda, por más exámenes que pierda en entrar a cualquier lado, por más que me ganen o me peguen en mi vida que va a ser así. Me gustaría que te sintieras bien al leer estas líneas, tal vez un poco confusas o entreveradas, tal vez con algo de tristeza pero alegres pero esta carta tenía que ser como salió, de golpe y sin borrones más que aquellos de alguna lágrima apretada que se dio contra esta mesa.Bueno guacho, la próxima vez que te vea vamos a ir a pescar y vamos a venir como siempre cagados de arena y sin sacar un sorete, que te parece? Decile a Marta que pa? la próxima le cago la parrilla con pescado y si no quiere lo hago en la vereda. Un abrazo y espero sigas siendo más o tan feliz como sé que lo sos ahora.

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